sábado, 27 de abril de 2013

Poesía del olvido: Las mariposas

Tengo luces en la palma de la mano, decía el muchacho agazapado en la esquina . Mientras un buque cargado de munición de alto calibre surcaba el estuario y en el cielo se dibujaba una sonrisa de nácar con gaviotas que destellaba soliloquios.
Al portero de un bar nocturno le resultaba irónico; pensaba que la vida se le escurría de las manos al tiempo que otros disfrutaban en las horas solares de aventuras bélicas, de gestas heroicas que escribirían páginas de la Historia. De batallas gloriosas contra el enemigo, y victorias preñadas de orgullo patrio.
Pero en ese momento se le acercó el niño de la luces en la mano, y con su mirada borró el sueño del celador que quedó petrificado. Y vio una revelación: acompañada de ángeles descendía hasta el lugar una muchacha que portaba una máscara de pájaro, y venía cantando una dulce canción que hizo brotar las lágrimas al guardián de la noche. Y con gran delicadeza le ponía la máscara delante de su rostro. Y el portero entendió que hasta entonces había sido un personaje, que había hablado y pensado como un protagonista de una historia que no era la suya. Comprendió en ese instante que con la nueva máscara podía saber quién era realmente.
Cuando se desvaneció la visión, el hombre fue corriendo y se levantó por los aires al tiempo que gritaba "las mariposas son reflejos de la memoria" y reía, reía, reía.....