jueves, 29 de marzo de 2012

EL SECUESTRO DE LA MEMORIA O EL 29-M

Parece mentira lo fácil que resulta acabar con la memoria. Lo fácil que resulta enajenar las mentes para que pierdan sus referentes históricos, para dejen de pensar en presente con perspectiva de futuro, abonando su reflexión desde "lo que somos", y no desde "lo que nos dicen que somos". Esta reflexión que es personal e intransferible y estará llena de errores por los cuáles pido perdón a l@s lector@s que así lo consideren, me lleva a ahondar en la actitud que se toma ante procesos de gran calado social como una "huelga general".
El ciudadano medio considera que sus derechos son intocables, inexorablemente unidos a su devenir, imperturbables ante las tormentas políticas y económicas. Como si de pronto por un legado sobrenatural ofrecido al gurú más espabilado de la comunidad, en una epifanía misteriosa, se nos hubieran dado por arte de magia los derechos y beneficios de la desclasada clase trabajadora.
Y entonces llega un día en el que los lobos sangrientos del mercado, sedientos de sangre y carne del rebaño de corderos, se organizan para robar los derechos y libertades; y construyen todo un discurso en nombre del ahorro y el ajuste para acabar con los mínimos que los colectivos que viven de su trabajo disfrutan no sin esfuerzo. Y lo justifican en sus altavoces mediáticos, con los voceros periodistas y tertulianos de medio pelo pseudointelectuales berreando mensajes sobre el derroche, la necesidad de recortes, y un sinfin de barbaridades sorprendentes que ni ellos mismos se atreverían a decir después de unas cuantas copas de mediocridad. 
Y es entonces, digo, cuando la masa parece anestesiarse; es cuando parece que lo que antes se veía muy claro ahora se convierte en una pesadilla, amenazante....y la gente tiene miedo a perder 50 o 100 euros un día antes que hacer un paro de la jornada porque de pronto, todo aquel paraíso ficticio del que disfrutábamos "por arte de magia" se nos antoja un infierno con demonios infundiéndonos miedos: miedo a perder el trabajo, miedo a no tener futuro, miedo a rebajarte a condición de esclavo..miedossss. Y cunde el pánico, y entonces ya los trabajadores dejan de ser personas para convertirse en herramientas del mecanismo productivo, en imágenes multimedia de un juego virtual...Y olvidan sus derechos y libertades... y olvidan que aquellos logros fueron fruto de muchas mujeres y hombres que se dejaron la piel, sus familias, sus vidas en conseguir que ellos vivieran en aquella Arcadia de los derechos...Pero lo olvidan...pues les han robado la memoria...y estando desmemoriados ya no son personas, son seres sin futuro. Porque el futuro se construye con la memoria.

viernes, 23 de marzo de 2012

LOS COCHECITOS DE MI BELÉN

Hoy me encuentro sobrado de alegría... tengo tanta que voy a prodigar mis felicitaciones. En primer lugar al señor alcalde de Talavera y a su equipo de gobierno; el preboste municipal ha confirmado la feliz idea de convertir un rincón de gran belleza e importancia patrimonial en un aparcadero de vehículos a motor, teñido de azul, con el agravante de extraer el consiguiente estipendio a los, parece ser que muchos, potenciales clientes del comercio talaverano en la calle Corredera del Cristo. Felicidades Sr. Lago...por fin va a llenar una vez más de mediocridad y casposidad esta ciudad que tantas veces se vio reducida a un corral de tratantes que no veían más allá del puente del Alberche. Venga, vamos a celebrarlo con una flota de coches tirados junto a la muralla y  a rellenas huecos con opacos armatostes...¡Qué bonito, señor alcalde, ver adornado nuestro belén con sus figuritas de motor...!

lunes, 19 de marzo de 2012

LOS LUNES AL SOL

El sol se vuelve tiránico los lunes. Sus rayos son espadas hirientes de Damocles sobre las almas cansadas que se apoyan en bancos fríos e inertes. Y se juntan individuos con esperanzas ahuecadas en lugares sin contextos... en lugares desmemoriados que en otro tiempo alumbraron esperanzas en un mundo convergente de felicidad y utopía. En un mundo cargado de significantes y significados que hoy las perversas máquinas inhumanas del poder han reducido a polvo de desesperación y esclavitud.

Los lunes se ponen nuestras almas al sol sin protección... pero resisten aquellos y aquellas que no dan por perdido el futuro; aquellas mujeres que vislumbran un horizonte más allá de la encorsetada mirada de los  votantes que deambulan por calles y plazas mudas, sin mensajes ni interrogantes. Las empecinadas y machaconas emisiones del aparato mediático que no informan, sino que vomitan los exabruptos del mercado y la jauría de oligarcas oscuros.

Ningún día de la semana es tan funesto como el lunes; si está dedicado a la Luna, selenítica aflicción nos causa pensar que después de una jornada donde se renueva el descanso y el color, los rayos pálidos y mortecinos de la luna vienen a inundar el ánimo de aquellos a los que han robado el porvenir, les han secuestrado la semana provocando un mar de dudas. Un espectro recorre la ciudad arrastrando tras de sí una procesión de números de expedientes del paro, tétrico cortejo de desheredados del sistema que los usa y expulsa cuando quiere...

Sí, los lunes son tiránicos, y su déspota explosión de rutina aplastante sepulta las miradas de infancias felices...pero no siempre, pues alguien se planta los lunes interrogando con su presencia...ahora son personas que dibujan sonrisas, son pocas...pero pronto habrá una masa plantando cara al  basilisco de las tinieblas. Eso espero.

jueves, 15 de marzo de 2012

FOTO POESÍA 01


No hay árboles grandes, ni árboles pequeños....
tan sólo hay árboles y nosotros que los miramos 
y los medimos con nuestros ojos....
Que no hay almas pequeñas ni grandes...hay almas que aspiran a la Luz 
y todas beben de la misma fuente...

Caesar, marzo 12

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

Aquella película de Jonathan Demme que tanto marcó el cine de suspense y terror de los noventa, me viene a la memoria para definir los tiempos que corren. Un sinuoso y pulposo rumor de la sociedad se afirma y echa raíces en los momentos presentes; pero es un rumor quejumbroso de poco calado, casi un susurro...tímido e inocente, nada subversivo, nada interrogante...
Parece como si un silencio de plomo se hubiera derretido en las lenguas sufrientes de los proletarios, las clases medias y productivas de este país que soportan, y llevan con gran esfuerzo (ya que no con "trabajo") las cargas que los poderosos se han empeñado en poner sobre las espaldas del ciudadano. Hay un clima semejante a aquel que describía Beaudelaire en uno de sus poemas:
"Cuando como una losa pesa el cielo plomizo/ 
sobre el alma gimiente de un largo hastío presa/ 
y abrazando el círculo de todo el horizonte/ 
vierte un día más negro y triste que la noche...."

¿Qué le está sucediendo al españolito de a pie que mira la feria de vanidades en la que estamos metidos, como un títere, sin mostrar más indignación que aquella que unos cuantos avezados conciudadanos le sacan de su boca en tertulias recoletas y casi clandestinas?
Porque es verdad que se muestra el hartazgo y la impotencia, y el cabreo de los parados, de los trabajadores diezmados en sus derechos laborales, en los usuarios de servicios sociales en vías de extinción, en los funcionarios rebajados en sus sueldos, en los educadores y sanitarios atacados por despidos y recortes brutales...pero al final todo ello se hace en espacios privados...en el apagado velador de las reuniones sociales que no plantean problemas al sistema....y ese es el problema....que ese silencio, ese murmullo indignado, pero susurro al fin y al cabo, no rompe las barreras del poder, ni las convierte en pedazos...estamos tan metidos en la dinámica de la "inevitable crisis", que han ahogado nuestra capacidad para plantar cara en la calle, en las plazas, en cualquier lugar y espacio público, a los atropellos de la más siniestra cara del poder y el capital. 
Salgamos de nuestros escondrijos: violemos ese toque de queda que parece existir en nuestras conciencias, hagamos de nuestro futuro y el de nuestros hijos el mayor motivo para inundar las calles de esperanza...de lucha por la dignidad humana, por la dignidad de nuestra historia que se ha forjado con el sufrimiento de muchas víctimas en el camino por los derechos de todos y todas...no traicionemos la memoria de los que no teniendo imaginaron un día que nosotros sí podríamos disfrutar con los medios, bienes y servicios para la sanidad, la cultura, la educación y el desarrollo personal y colectivo.

Pero para eso hay que dejar de ser como esos corderos que iban en silencio al matadero....

lunes, 12 de marzo de 2012

DON PABLO, EL PADRINO, R.I.P.


Líbreme Dios de considerarme perfecto y puro, sin mácula, como reincidente en mis errores que soy. El día que así me considerase sería un necio o un insensato. Sabiéndome pues hombre que yerra y se declara limitado, no por ello me niego a desaprovechar  mi derecho a la opinión y a la crítica. Sobre todo cuando de acciones y políticas de personajes públicos se refiere. En las últimas semanas he asistido atónito al desglose de panegíricos y alabanzas a la figura del difunto Pablo Tello, el que fuera alcalde de Talavera en gran parte de la década de 1980. La consabida costumbre, muy española, de llenar de virtudes el recorrido público de los políticos difuntos se me antoja un ejercicio de irresponsabilidad con la memoria, una falta de equidad con la verdad histórica contrastada, y una actitud farisaica muy propia de nuestra sociedad con esa moral tan hipócrita que nos caracteriza.
                Sé que estas líneas levantarán ampollas en muchos sectores de opinión de la clase política local, tanto de posicionamientos de la llamada por el certero teólogo González Faus “izquierda de plástico” como de aquellos que abrazaron el populismo progresista en aras del desarrollo desbocado y a cualquier precio. Pero en conciencia debo levantar mi más rotunda voz de desacuerdo con esa especie de hagiografía que se ha confeccionado en torno a Tello. Con todos los respetos que su persona me merece como tal, no por ello puedo dejar de manifestar y recordar la serie de atropellos, barbaridades y despropósitos que en su calidad de alcalde cometió. Y no me refiero únicamente a determinadas medidas que como político tomara en una línea concreta de su partido, y con una idea clara de ciudad que pasaba por encima de las ideas de otros sectores que también tenían qué decir. Su propio talante despótico, dictatorial y megalómano le valió no pocos enemigos, y muchas polémicas. Creó un halo de liderazgo en torno a sí que se fue forjando a costa de un populismo que se apoyaba en las clases medias de esta ciudad, que recibieron cualquier obra pública como una bendición providencial de la nueva época del socialismo que iba a sacar del atraso decimonónico a ciudades como esta nuestra de Talavera, que arrastraba el lastre casposo del régimen anterior mezclado con el conservadurismo de los agentes económicos más atroces. Fue el tiempo en que nuestros pueblos se vieron privados de un rico patrimonio arquitectónico tradicional por edificios estilo “psoe” del ladrillo y el hormigón, creados en serie e ignorando la idiosincrasia de cada lugar y sus legados. Había que modernizar la España rural y dotar de medios y servicios a los pueblos, a costa de lo que fuese. Y la modernización acelerada se convirtió en postmodernidad.
                Don Pablo Tello tuvo en efecto una idea de ciudad muy clara, pero en esa idea la cultura y el patrimonio no tuvieron cabida. Parece como si el ínclito edil hubiera tenido el talento de hacer irreconciliable el proletariado con las clases intelectuales y culturales. Si hubo algún acercamiento, que no lo niego que los hubo, estuvo marcado por una prepotencia propia del poderoso que tiene cuerpo de hierro pero pies de barro; aquel que intenta disimular sus carencias con una política de diseño con línea demagógica.  
                Hoy a la vuelta de los años y haciendo un análisis objetivo del asunto, aquellos años del “reinado” de don Pablo supusieron la eliminación de una buena parte de nuestro patrimonio histórico, de edificios emblemáticos y simbólicos de la historia de la ciudad como la Cárcel de la Santa Hermandad en la calle Mesones, dando a cambio a esa modernidad talaverana una horrible plaza de Zamora. Con ello se privó a la ciudad de un bello ejemplo de arquitectura civil mudéjar del siglo XV y XVI. Escándalo que fuera recogido incluso en la prensa nacional. El binomio Tello-Resty acarreó una letal cangrena para la ciudad histórica, que vino a rematar la ya maltrecha situación que había quedado tras los catastróficos efectos del desarrollismo de los años 60 y 70.
                La idea de ciudad telliana era una ciudad de los estudios Cinecitá, de cartón piedra. Donde lo aparencial sustituía a lo auténtico; se buscaba el efectismo por encima de la naturaleza. Y un día se le ocurrió que la centenaria alameda del Tajo estaba ya enferma y había que sustituirla por una nuevo parque más “moderno” donde en inmensas superficies de césped correrían ardillas como las había visto en el Central Park de New York… ¡Qué interesante perspectiva se nos abría a los talaveranos!
                Más allá de su inconmensurable talante dictatorial creó toda una clientela que como un ejército de paniaguados surgieron de la noche a la mañana con carné del partido de turno como empleados municipales…era el milagro de los panes y los “pecoes”. Los que no estábamos en su línea ni tragábamos con lo que se hacía éramos  demonizados, y criminalizados, sufriendo las afrentas de los que orgullosos se sentían los paladines del progreso más retrógrado.
                Confío, como creyente, que el buen Dios lo haya recibido en su seno; perdonémosle  su ignorancia y necio atrevimiento, pues eso ya forma parte del viento y la nada. Pero la huella que dejamos a nuestro paso no se borra y es función de la memoria, de esa memoria histórica tan llevada y traída, el procurar que esta parte de la historia se conozca y se identifique a los  responsables. Es por salud colectiva. R.I.P.
César Pacheco
Febrero 2012

PLAZAS PARA JUGAR Y DISFRUTAR, NO PARA APARCAR


                  PLAZAS PARA JUGAR Y DISFRUTAR, NO PARA APARCAR

Texto del manifiesto que leíamos en el acto del 10 de marzo de 2012 en la Corredera del Cristo de Talavera de la Reina, en defensa de los espacios públicos para el ocio y la cultura, no para aparcamientos.

Vecinos y vecinas de Talavera. Estamos viviendo momentos de desconcierto, luchas, secuestro de derechos y ataques directos por parte de los gobiernos de nuestras administraciones que atentan directamente contra las libertades que como ciudadanos nos hemos ganado a lo largo de la Historia. El mismo hecho de estar aquí reunidos con la amenaza del subdelegado del gobierno en Castilla-La Mancha de que este acto es un acto ilegal es ya una de las máximas expresiones del nivel de coacción que el poder ejerce sobre los ciudadanos que libre, espontánea y pacíficamente queremos manifestar nuestra opinión sobre el futuro de la ciudad que habitamos y cómo construirlo con un talante solidario, más humano y con respeto a nuestro legado cultural.
            Este espacio en el que nos encontramos es una buena muestra del esfuerzo que durante los últimos 15 años se ha hecho en Talavera para recuperar el entorno histórico y arqueológico para disfrute y deleite de los vecinos, turistas y foráneos que viven o pasan por Talavera. Ese esfuerzo ha necesitado de un cambio importante en la mentalidad primero de los talaveranos, pero sobre todo de la clase política que le ha costado comprender lo importante que era para el porvenir de la ciudad tener un patrimonio cultural en buen estado, y con una apropiada puesta en valor. Costó mucho pero al final se consiguió que el casco histórico empezara a ser un centro armonizado e integrado, donde no sólo se pudieran observar y contemplar las murallas o las diferentes iglesias o monumentos. Era necesario que la arquitectura popular, y doméstica, y las calles, las plazas y todo el paisaje urbano quedara integrado en un mismo proyecto de recuperación y revalorización. Resultado de esto es que la peatonalización de determinadas zonas del casco han aportado una mejora en la calidad de vida dentro del barrio, y ha ejercido un efecto de atracción paulatinamente reconocido.
            Por todo ello no entendemos que después de tanto esfuerzo realizado por las diferentes administraciones se piense ahora siquiera plantear volver a situaciones anteriores que nos recuerdan a aquella ciudad caótica, presidida por un talante falsamente concebido de la modernidad basada en el uso abusivo del coche por donde quiera, hasta en los entornos y espacios que deben ser de nuestros niños y niñas, de nuestros mayores que necesitan lugares de descanso, de nuestros estudiantes para disfrute y estudio de la ciudad, de nuestros grupos culturales para el uso como área de esparcimiento y ocio, para el teatro, para el arte, para el cine, pero incluso también para lugar de mercadeo, donde los propios comerciantes podrían mostrar sus productos de forma atractiva y lúdica.
            Porque las plazas deben ser espacios públicos en el pleno y profundo sentido de la palabra; espacios donde la gente, hombres y mujeres, niños y ancianos podamos usar y disfrutar, potenciar las relaciones sociales, incrementar nuestra sociabilidad con imaginación, apostar por usos alternativos a los tradicionales, pero sobre todo evitar que se conviertan en meros instrumentos para la tráfico, en simples estaciones de vehículos. Si dejamos que los coches se adueñen de los espacios públicos ¿qué espacio les queda a las personas? Si permitimos que por decisiones municipales los escasos lugares comunes sean ocupados por máquinas ¿qué lugar nos queda a los humanos? Las plazas maquinizadas son plazas mudas, terriblemente tiránicas, donde no se emite ningún mensaje, son espacios neutros en la ciudad que no aportan y generan nada. Son cadáveres que arrastramos en nuestro fluir cotidiano sin que nos dejen ocupar sus entrañas para potenciar nuestro carácter humano y auténtico, construyendo futuro y utopía…
            Ocupar estas plazas de coches es restar valor a su entorno; es llenar de podredumbre al continente con un contenido nocivo; es el insulto a la razón y a la sensibilidad, es como escupir en las páginas de la Historia poniendo al coche como sacrosanto tótem de la modernidad que se enseñorea y desprecia el legado cultural de nuestros siglos. ¡Qué mayor desgracia para una comunidad que olvidar su pasado, ignorar sus raíces y aprender de su historia! Pero no para no volver a cometer errores, que sin duda lo haremos, sino para ser conscientes de lo pequeños y grandes que somos; para ser conscientes de que antes que nosotros ya hubo gentes que empeñaron sus vidas, sus luchas, sus esperanzas en crear un mundo mejor y más justo…
            No a los aparcamientos en las plazas del Casco Histórico. Rebélate, las plazas de la ciudad, para las ciudadanos no para las  máquinas.
César Pacheco
Colectivo Arrabal